RAW frente a JPG
Juergen Specht: El formato RAW es una de las mejores cosas de la fotografía digital. Contiene (casi) todos los datos sin procesar que el sensor de la cámara captó en el momento de la exposición, además de un memorando de toda la configuración utilizada en el disparo. En este sentido, prácticamente puede compararse con un carrete negativo sin revelar, que puede positivarse una y otra vez con software de conversión RAW.
Imagina que haces una foto y guardas el RAW durante cinco años, y pasado ese tiempo lo conviertes en un TIFF o un JPG con un ordenador y un software actuales (mucho mejores que los de cinco años antes). De este modo podrías conseguir una imagen de mucha mayor calidad que cuando hiciste la foto.
Las imágenes JPG de nuestras cámaras provienen de los datos RAW originales, pero procesados y convertidos con determinados algoritmos internos de la máquina y transformados a un formato con pérdidas, como es el JPG. Aunque la calidad de los JPG generados por las cámaras actuales es bastante buena, los ficheros RAW dan una enorme ventaja a la hora de cambiar configuraciones (como el balance de blancos) una vez hecha la foto, mientras que en los JPG esos cambios ya los ha hecho la cámara siguiendo criterios automáticos.
Resumiendo: si tenemos en cuenta la conversión de los datos nativos del sensor –que normalmente tienen doce bits– a los ocho bits del formato JPG (pérdida de un 33% de la información recogida) y la posterior compresión propia de dicho formato (más pérdida de información), la diferencia de calidad es muy notable. Además, los ficheros RAW siempre pueden ser convertidos a JPG (revelados) de tantas formas diferentes como quiera el fotógrafo.
Dave Coffin: JPG es un formato de visualización. Para ahorrar espacio de almacenamiento, elimina todos los detalles no perceptibles por el ojo humano. Si se comete algún error al convertir a JPG (demasiado oscuro, balance de color erróneo, etc.) es imposible corregirlo. Las fotos RAW, en cambio, conservan toda la información, por ejemplo, todo el rango de colores de tu cámara, no el de tu monitor (que es siempre mucho menor). Un RAW puede recoger más de catorce bits de profundidad de color, mientras que en JPG son sólo ocho. Y la compresión, si se produce, no da lugar a pérdidas, al menos en las sombras.
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